Pue sí, hamijos, tras mucho tiempo sin escribir he decidido retomar el blog con una entrada doble (no, no tiene que ver con una nueva técnica de Pepe el del Madrid).
"En rezurta de que" había ganas de salir de finde, así que aprovechamos el puente del día de Andasulía pa correr como pollo sin cabeza en dirección este hacia tierras legañosas, donde nos reunimos con Chuso y la Nutria marina.
Nos alojamos en el camping Los Escullos, que es un lugar propicio para que homínidos de dudosa valía como un servidor, concilien el sueño y pasen el rato observando cómo se tuesta el pellejo-jubileta de los guiris.
Ya sabéis que Almería, y concretamente la zona esa que llaman Ragú de Gata, es más fea que pegarle a un padre con un calcetín sudao en to los hocicos, así que a poco que uno andurree por ella le entra la fiebre fotera. Naturalmente yo tampoco pude "de resistíme" y tuve que retratar lo que vi.
Pedro, Carmen, Clemente y Amelia nos introdujeron en el fascinante mundo del Geocaching, así que nos levantamos a buena hora y los acompañamos en busca del geocaché que habríamos de encontrar junto a una de las muchas torres vigía que hay por la zona. En la expedición nos acompañaban también Sergio y Amanda, así como un chucho peludo que responde al nombre de Taka.
La búsqueda estaba resultando más dura de lo previsto, y ante la urgencia que imponía el reloj, el intrépido tovarich Piotr Cisnerovic puso la reductora y el detector de veredas de cabras en on, iniciando un duro ascenso campo a través hacia la torre.
Mientras tanto, los tullidos pudimos observar las magníficas vistas de San Giuseppe.
El tiempo se nos acabó (y la energía tampoco sobraba) y tuvimos que dejar la búsqueda del tesoro para otro día. Tendríamos que volver a casa para volver a estudiar el terreno sobre el papel y así poder enfrentarnos mejor al desafío de encontrar el "vista del torre" que un guiri con complejo de aguilucho anidador había escondido en algún peñasco.
Tras un agradable café de última hora con Jorge y Ana, el personal legañoso y malafollá terminó de marcharse a casa a trabajar como buenos mozos y mozas que son, y los gañanes desocupaos nos quedamos invadiendo la provincia vecina unos días más.
Hay unas vistas preciosas en un mirador a pie de carretera de camino a Las Negras.
La playa de las negras, y la blanca olisqueando algo delante de mi negra.
Homínido estropeando el paisaje:
Visitamos también el lugar de acogida de mi brother Michael Angel, Bitterwater. Un sitio realmente bonito, con una playa preciosa y un pueblecito pequeño y sin media cagada urbanística. Una rara avis sin duda.
Esa tarde los vecinos de enfrente estaban tomando el café de merienda a palo seco, y mi Marcianica que es muuuu apañá, les llevo unas chokolatinen pa acompañar el brebaje. Y estos vecinos alemanes que son mu cumplíos, nos obsequiaron a la tarde siguiente con un par de porciones de una magnífica tarta de fresa que si en la foto tiene buena pinta, en la boca hacía aun mejor sabor. Rica, rica de verdad.
Estos Hamburguésidos, además de buena leute, son unos reposteros de nivel.
Ñnampoerñlaknjfnbdañldkf hmmmmm que icooooooo!!!!!!!
Y pa acabar, una foto de nuestra cara-babucha, que cada día la queremos más y que se portó como una campeona. Los vecinos de parcela del camping, que son todos muy guiris y muy de poco ruido, de pronto acostar y buenos modales, creo que se asustaron al ver a unos españolitos en tienda y con chucho incluido (en esta época casi todo son caravanas), y debieron pensar que ese finde no iban a pegar ojo. Al final cuando recogíamos para marcharnos varios vecinos nos felicitaron por tener una perra "very quiet" según los alemanes y con "great behaviour" según unos ingleses. Así que tres oles pal chucho y otros tres pa mi Marciana, que según los alemanes es muy "freundlich". Si es que la tengo mu bien educá!!!